Desde que soy madre he comprendido algo: Uno de los grandes males de este país está en nuestros horarios: aquí es habitual tener dos horas o más para comer, que los jefes te hagan perder el tiempo, salir del trabajo a las 8 de la tarde, cenar a las 10 y acostarse a las 12 y media. Como dijo una vez Sanchez Dragó, España es un país de gente cabreada y mal dormida.
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