El caso Ghali puede desencadenar un aluvión de represalias entre dos países que se necesitan económica y políticamente. El 47,3% de las exportaciones españolas en África tuvieron como destino el país vecino. El comunicado del Gobierno marroquí con el que Moncloa despertaba el sábado es el presagio de algo que está a punto de suceder: la ruptura de relaciones entre ambos países. El tono del mensaje marroquí roza el menosprecio diplomático.
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