En la Sociedad Protectora de Animales y Plantas y en el Hospital Veterinario Rof Codina están acostumbrados a ver animales de compañía con grandes heridas y daños como consecuencia de accidentes y de malos tratos. Sin embargo, ayer tuvieron que atender un caso que alcanzó lo inimaginable y hace plantearse a qué voltaje funcionan los circuitos mentales de algunos seres llamados humanos.
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