El alcalde quiere una teocracia en la que la calle sea sólo para los católicos. Quien no sea católico no tiene derecho a exhibir sus opiniones pues éstas resultan ofensivas a los meapilas. Podría suponer que es un gesto electoral hacia el nacional-catolicismo que nutre las urnas del PP, que Gallardón sabe que su petición es propia de un ultraderechista. Relacionada:
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