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¿Quién no tiene un ogro en su oficina?

Dice mi amigo, que una vez estaba rota la prensa de rotura de ladrillos a cortante y sin pensárselo dos veces, el ogro le pego un bocado al ladrillo, que lo dejo cortado perfectamente. Yo creo que mi amigo exagera. Otra cosa es cuando al parecer le quiso tirar el libro a la cabeza a su director, para que se aprendiese rápido la normativa del ladrillo especial, que corría prisa. También me puedo creer que confundió un ordenador portátil con un ladrillo, tirándolo al suelo, delante de varios colegas.

| etiquetas: ogro , oficina , acoso laboral

menéame