Hace más de medio millón de años, en la sierra burgalesa de Atapuerca, nació y creció un niño muy diferente a los demás. Tenía la frente excesivamente alta, el lado derecho del cráneo muy abultado y prominente y el izquierdo, al contrario, deprimido y proyectado hacia abajo. Los padres de Benjamín nunca lo supieron, pero el niño sufría lo que nuestros médicos actuales llaman craniosinostosis lambdoidea, una rara enfermedad que hoy, con una población de miles de millones de personas en el mundo, afecta a seis de cada 200.000 pequeños.
|
etiquetas: atapuerca , craniosinostosis