Una explicación de por qué hasta el momento ningún banco español, aparentemente, tiene problemas serios, relacionada con el tipo de interés (fijo o variable) con el que se contratan la mayoría de las hipotecas. Cuando la hipoteca está a tipo variable, si los tipos de interés suben, el cliente paga más y el banco no pierde. Pero si la hipoteca está a tipo fijo es el banco el que soporta el riesgo de la subida de tipos. Si suben más allá del tipo fijo contratado, la hipoteca comienza a generar pérdidas para el banco.
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