Los ya legendarios enemigos de Quentin Tarantino esperaban agazapados la llegada de la nueva película del cineasta de Tennessee, Django desencadenado, para saltar a su espalda con toda su artillería preparada. Las voces críticas contra la violencia en sus filmes se han desgañitado esta vez aprovechando la reciente matanza en la escuela de Newtown. "Es un western, no me jodan", ha estallado finalmente Tarantino, después de agrias acusaciones e insistentes acosos a los que él ha intentado resistirse.
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