Los puestos de castañas nos recuerdan, de alguna manera, que moriremos. ¿Por qué esa sensación de seguridad y confort, entonces? ¿Por qué sentimos una lumbre en nuestro interior cuando empezamos a olerlas por la calle? Quizá la respuesta esté en nuestros recuerdos: éramos niños la primera vez que vimos un puesto de castañas. Y seguro que algún adulto nos explicó lo que significaban. Y seguro que ahora asociamos su visión a ese recuerdo, probablemente a los primeros días de clase o al inicio de la temporada navideña.
|
etiquetas: puestos , castañas , muerte