Perder a un ser querido es de las cosas más desgarradoras que pueden pasarnos en la vida pero, debido a un reciente estudio de Saint George's University de Londres (Reino Unido), su simbolismo puede no ser tal. Las posibilidades de sufrir un infarto cerebral o un ataque al corazón tras la muerte de un ser querido se duplican durante los primeros 30 días tras el fatal suceso. Esta es la conclusión del estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA).
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