Es conocido que en California existen restos de lagos antiquísimos, ahora completamente secos, cuya huella ha creado formas singulares en el paisaje. Sin embargo, existe no muy lejos de Los Ángeles un lago muy especial, ahora seco. Se trata del lago Owens, antaño precioso lugar donde solían darse cita gran cantidad de aves migratorias y, cómo no, turistas y viajeros. Por desgracia, todo cambió para mal cuando la ciudad de Los Ángeles decidió buscar una forma de saciar su creciente necesidad de agua.
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