Siempre me he preguntado cómo fue posible que Noé transportara una pareja de cada especie animal en su flamante y calafateada arca. Una cosa es que fuese creyente profundo en la omnipotencia y omnisciencia del Dios de los hebreos, pero otra muy diferente es que Dios conociese en aquella época el principio de Arquímedes, que es la ley física que se esconde tras todo este misterio. Veámoslo.
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