A principios de año la PRS (Performing Rights Society) contactó a una tienda de alimentación escosesa porque no tenían licencia para tener puesta una radio que los clientes podían oir. Decidieron quitarla, pero había una trabajadora cantaba en el trabajo. La RPS la avisó que le podían poner una multa si continuaba así. Al final se disculparon y le enviaron un ramo de flores. [Traducción en el comentario
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