Natán Eismont, autor del proyecto y científico del Instituto de Investigaciones Espaciales de Rusia, explicó que están estudiando la posibilidad de poner en funcionamiento un cinturón de protección a unos 100.000-200.000 kilómetros de la Tierra. De llegar a ser real, sus componentes serán transportados mediante maniobras gravitatorias, asegura Eismont. El equipo de investigadores asegura que un asteroide sería capaz de cambiar la órbita de un objeto hostil, pues el impulso es mucho mayor que la potencia de combate de una nave espacial.
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