En el Reino Unido una ley prohíbe morirse en el Parlamento, pues el estatus de Palacio de la Familia Real que posee obliga a enterrar al fallecido con honores de la Corona. Si una persona se siente mal, tiene que salir del edificio. En algunos lugares está prohibido practicar ‘jogging’, mientras que en otros hasta para reencarnase hay que tener autorización.
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