La geología de la zona y la cantera exacta de origen de estas gigantescas piedras permanecían desconocidas. A través de un detallado mapeo de campo, análisis petrológicos y comparaciones con las litologías locales, el estudio pudo determinar la procedencia de las colosales piedras de Menga. Extraer y mover piedras de hasta 150 toneladas desde la cantera, con una pendiente promedio descendente de 22 grados, habría requerido una extraordinaria capacidad técnica y recursos de mano de obra.
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