Comparando la evolución de la recaudación del Estado, ésta ha disminuido un 20% desde el año 2007 hasta el 2011, mientras que el PIB nominal ha crecido un 1.9%. El problema de España no está en su gasto público, elevado y con duplicidades susceptibles de eliminación, sino en el desplome que han sufrido los ingresos tributarios, que nos colocan en una situación de imposibilidad de cuadrar las cuentas. Y dentro de éste, el traspaso entre impuestos directos e indirectos, que produce un impacto desigual en la sociedad.
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