Aena no sólo no era deficitaria, sino que además esta enorme inversión no tiene cargo a los presupuestos del Estado y no computa en la deuda pública ya que se paga en su totalidad con las ganancias de la propia empresa estatal. Esto demuestra la buena eficacia de la gestión pública, que no política, que es la que ha llevado a la gran deuda de Aena, desmoronando uno de los argumentos más utilizados para justificar los procesos de privatización ultraliberales al considerar que las empresas públicas son poco eficientes. E
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