El atleta Fabián Roncero, que fue Príncipe de Asturias en 1997 y que tuvo el récord mundial de maratón en la mano, se adapta a la crisis con un contrato temporal: 'Para comer, hay que trabajar'."Soy el mismo de siempre, la misma persona con la misma humildad, quizá porque nunca me separé de ella. Mi padre tenía una ferretería y desde los 14 a los 27 años viví en casa de mi abuela. Aprendí entonces que se puede ser feliz sin gastar dinero".
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