En la sentencia, se destaca "no sólo la falta de información pre-contractual proporcionada por la entidad, si no la falta de conocimientos del director de la sucursal en cuyos e-mails sigue hablando del derivado financiero como si de un seguro se tratase. Se demuestra una vez más que los empleados de las oficinas no sabían lo que vendían por lo que difícilmente pudieron explicar sus riesgos". Se declara nulo el contrato de permuta y obliga a Barclays a devolver las cantidades, así como a la cancelación del contrato a coste cero
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