Miles de españoles en delicada situación económica recurrieron a la empresa prestamista británica Wonga, que se hizo famosa por sus prestamos inferiores a 300 euros. A cambio, altísimos intereses que llevaron a la ruina definitiva a miles de personas, entre ellos muchos españoles, y especialmente de la zona mediterránea. Un préstamo de 300 euros, digamos que para arreglarse la boca, a devolver en un mes, le costó al desgraciado que caiga en su amigable web 125 euros, lo que supone un tipo de interés superior al 40% en 30 días.
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