Martelly no resultó herido durante la inesperada protesta del domingo en Cabo Haitiano, la segunda ciudad más grande del país, y la policía no ha determinado el motivo preciso del alboroto. Sin embargo, cada vez es más evidente en un país agobiado por la pobreza, los desastres naturales, las enfermedades y décadas de promesas gubernamentales incumplidas, que los haitianos tienen poca paciencia con los políticos que no producen resultados, incluso si es un presidente que ha estado en el cargo menos de tres meses. Relacionada:
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