El Ayuntamiento de Boadilla del Monte aplica su rodillo para no dar la cara por el acoso, ratificado por el Tribunal Supremo, contra la trabajadora municipal Ana Garrido tras denunciar por corrupción al consistorio. Así, el gesto de la oposición de solicitar la dimisión del alcalde queda en un hecho simbólico. No se hará Justicia ni con sentencia del alta tribunal.
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