Aparentemente no hay que ser tan sofisticado, arriesgado, cinematográfico o Leonardo Dicaprio para implantar memorias falsas a tus amigos o familiares. Es bastante más simple de lo que imaginamos y de hecho puede ser una buena forma de hacerles una “broma de larga duración”. En Scientific American nos recuerdan que Carl Sagan ya escribió de este tema en uno de sus libros, El Mundo y sus Demonios. La posibilidad está ahí, pero es sumamente sencillo sobre en un ambiente propicio con un sujeto crédulo...
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