Resulta sorprendente que, para superar los malos resultados de nuestros alumnos, se tomen medidas que solo empeoran la situación. Ello se produce principalmente en dos campos: el de la filosofía y el de la lengua. Es literalmente incomprensible que se pretenda educar a ciudadanos reflexivos, críticos, cultos y maduros a base de ir reduciendo la presencia de la filosofía en el currículo escolar.
|
etiquetas: filosofía , lengua