Sihem Bensedrine, la portavoz del Comité Nacional para las Libertades en Túnez, una periodista exiliada en Barcelona, donde fue acogida por el grupo Pen Català, fue víctima, ya en 1993, de una modalidad de ataque que la policía política practicaba con las disidentes. Colocó su rostro en lugar del de una actriz pornográfica y distribuyó miles de ejemplares del fotomontaje. Doce años después, la prensa oficialista la acusó de "prostituirse y practicar la sodomía con extranjeros y sionistas".
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