Las fuerzas de seguridad camerunesas han destruido los puestos callejeros de Yaundé, de los que viven miles de personas, con el fin de mejorar la imagen de la capital de cara a la próxima visita del Papa Benedicto XVI, quien llegará la próxima semana. A su juicio, los tenderetes, que pueden ser desde unas simples estanterías de madera hasta construcciones de acero y hormigón, son antiestéticos. Por este motivo, la semana pasada comenzaron a demolerlos y aclararon que los propietarios no serán indemnizados.
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