Un policía brasileño confundió un taladro con una metralleta, en las manos de un hombre de 46 años que instalaba unas cortinas en el balcón de su casa, y lo mató, cerca de la favela Andarai, en la zona norte de Rio de Janeiro. La esposa de la víctima contó a la prensa, que antes de subir la escalera para instalar las cortinas, su marido bromeó con la presencia de la policía: "Faltaría que piensen que tengo una arma". La broma se hizo realidad y una bala atravesó su pulmón.
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