Ángel Fernández es un prejubilado que reside en Alcorcón. El pasado mes de abril, se acercó a la sede del consistorio para presentar un recurso contra la tasa del vado que le había girado el ayuntamiento. Al salir, vio al alcalde, el popular David Pérez y le intentó mostrar su malestar. "No le dije nada. Pero le miré y me puse la palma en la cara, el gesto de que es un caradura. Entonces se me acercó un agente de paisano que él me envió y me dijo que me identificara. En julio me llegó una multa por 1.000 euros por alterar la convivencia.
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