Todos sabemos que cuando un volcán entra en erupción, la lava al rojo vivo es lanzada por el aire y el suelo vibra, pero estos factores difícilmente constituyen los verdaderos peligros del volcán, como nubes gigantes de ceniza y gases que vienen precipitándose desde el cráter en erupción y se expanden en el aire, pero no es todo, una buena proporción de estas sobrecalentadas nubes nocivas vuelven a caer por el borde volcánico, y se extienden hacia el exterior con una velocidad aterradora. El ejemplo son estas impresionantes fotos.
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