La destrucción de los salarios y derechos de los trabajadores mediante procedimientos de quiebra se ha convertido en una práctica común. El caso mejor conocido es el del gigante automovilístico estadounidense General Motors, que despidió a 30.000 trabajadores, redujo a la mitad los salarios de nuevas contrataciones y redujo las prestaciones a los jubilados. Si el gobierno alemán se sale con la suya, este procedimiento se aplicará a países enteros.
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