A pocos días de que comience la Conferencia Mundial contra el Sida (que este año se celebra en Viena, Austria), EEUU ha puesto sobre la mesa sus objetivos para los próximos años: reducir un 25% la tasa de contagio (pasando de 56.300 a 42.225 al año para el 2015), realizar pruebas al 90% de los infectados y administrar tratamiento al 85% de los pacientes. El nuevo plan del presidente Barack Obama incluye la abstinencia, pero también enfatiza otros enfoques, a diferencia del plan de su predecesor, Bush.
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