La maniobra diplomática más arriesgada de la Segunda República durante la Guerra Civil nació enero de 1937 en París, en el despacho del embajador y veterano socialista Luis Araquistáin. Le escribió a Francisco Largo Caballero, entonces presidente del Gobierno, para convencerle de que Mussolini y Hitler no ayudaban a Franco por razones ideológicas, sino más bien por intereses económicos y coloniales. El diplomático consideraba que los dictadores fascistas dejarían de apoyar militarmente a los sublevados a cambio de un trozo de suelo español.
|
etiquetas: plan , república , ceder , baleares , italia , franco , mussolini