El voluntario es el pobre diablo que trabaja a cambio de una camiseta, un bocadillo y la posibilidad de ver a su grupo favorito. A ese punto hemos llegado. En realidad, el fenómeno no es nuevo y se inserta en la realidad laboral de la España de 2016: nos costaría enumerar un sector laboral o profesión en la que no se hacen trabajos no remunerados. Si los becarios trabajan gratis, ¿por qué no un tipo que mueve vallas?
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