Contra la pobreza no hay antídoto. Bueno, sí lo hay aunque nadie se atreve a comercializarlo. Saldría muy caro. Tocaría repartir mejor la riqueza del mundo, que reposa en muy pocas manos. Médicos sin fronteras lanza ‘Pastillas contra el dolor ajeno’, unos caramelos de menta cuya recaudación irá destinada a resolver ‘enfermedades olvidadas’.
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