La sanidad inglesa no quiere sin embargo realizar la cirugía estética a Paul Mason, que llegó a ser el hombre más gordo del mundo con 380 kilos, hasta que estabilice su peso. Mason, que durante mucho tiempo fue el hombre más gordo del mundo, reclama ahora al servicio de salud inglés que le retire los restos de piel. Paul Mason, de 50 años, pesaba más de 380 kilos hace dos años, informó el Daily Mail. Tras la operación, de más de 35.000 euros, ha quedado con una cantidad ingente de antiestética piel sobrante.
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