Como se ve en el gráfico, el año 2015 ha marcado el máximo hasta el momento. No se había producido una caída tan marcada de producción desde la crisis de 2008-2009, pero en el caso de la caída de 2015 nos encontramos con que 1) no se ha producido una grave recesión económica global; 2) la bajada está durando más tiempo y 3) los niveles de producción de diésel no presentan ningún signo de irse a recuperar. Cuando le anuncien que le van a subir de una manera brutal los impuestos a su coche de diésel, ahora ya sabrá por qué.
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