Especies de gran interés comercial y alimenticio como el bacalao, el besugo o la gamba, y otras no tan conocidas como el brosmio, la brótola de fango, la cherna, la gallineta, el granadero, la maruca o el pez reloj, comparten una cualidad. Viven en aguas profundas y podrían desaparecer ante amenazas como la pesca de arrastre o la contaminación. Y no son las únicas.
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