[C&P] No son catedráticos, ni maestros, ni profesores universitarios. Y sin embargo dan clases. Su experiencia personal les ha legitimado para ello. Son profesores accidentales. Superar una cumbre, una adicción, un revés laboral o un cáncer implica también un magisterio. Su oficio no tiene nada que ver con la docencia pero han pasado por experiencias vitales que han cambiado su vida. Y de la lección extraída han conseguido destilar conclusiones prácticas, ahora material docente a menudo dirigido a quienes no pertenecen a su propio gremio.
|
etiquetas: ética , motivación , situaciones , límite , clases