Desde hace tiempo vengo observando (y hasta padeciendo sus consecuencias) la creciente tendencia que experimenta una buena parte de la sociedad a renegar de los matices y de las posiciones moderadas, abominando de la reflexión y el debate para instalarse en el «pensamiento de adscripción», la consigna hiperbreve y el relato «enlatado» que se consume precocinado en los fogones de los expertos en comunicación y no con la frescura propia de la elaboración personal. Cuando me refiero a posiciones moderadas no aludo a indefinición ni a «no mojarse»
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etiquetas: diálogo , intransigencia , política , ideología , sociedad
El consenso es cada vez más difícil. Los programas electorales son tan disjuntos para no coincidir en nada con el de enfrente. ¿Tan malo sería que el partido del gobierno y el de la oposición se pusieran de acuerdo en 4 cosas básicas? Pues no, tienen que marcar distancias.
Todo visto como un juego de suma cero y el objetivo perpetuarse en el sillón o crearse observatorios donde colocar a los socios.
Sería algo muy próximo al odio por ideología
Y añado: nos estamos yendo a la mierda como sociedad por culpa de lo que se describe (de entre otras cosas)...
- otra vez con que todos son iguales
- ni de derechas ni de izquierdas
- nazi
- facha
Anda que no me han llamado las dos cosas.
youtu.be/UrC7MpIEmyM?si=TSWG0W820jHqfkC2
www.youtube.com/watch?v=iFTWM7HV2UI
El ser humano siempre ha querido establecer una bipolaridad. Blanco o negro, izquierda o derecha, Real Madrid o F.C. Barcelona, playa o montaña, zumo o leche, tortilla de patatas con cebolla o sin cebolla. Es una pena que la equidistancia no sea la norma.
Y mientras tanto temas que nos deberían importar sin mirar los ideales, como la educación, o la sanidad, se van desmantelando poco a poco.