Cerca de seis de cada 100.000 bebés nacen con miopatía centronuclear, que debilita los músculos esqueléticos tan severamente que los niños tienen dificultad para comer y respirar, y con frecuencia mueren antes de los 18 años de edad. Ahora, gracias al descubrimiento de una condición muy similar en los perros, los investigadores disponen de medios para diagnosticar la enfermedad, desentrañar su complejidad molecular y apuntar nuevos tratamientos. "Los perros nos ayudan y nosotros ayudamos a los perros", afirma el autor del estudio.
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