"El perro le saludaba cada día desde la puerta principal y le despedía al final del día en la cercana estación de Shibuya. Incluso tras la muerte de Ueno en mayo de 1925, Hachikō volvió cada día a la estación a esperarle, y lo hizo durante los diez años que transcurrieron hasta su propia muerte. La devoción que Hachikō sentía hacia su amo fallecido conmovió a los que le rodeaban, que le apodaron el
perro fiel." Más info:
en.wikipedia.org/wiki/Hachikō