Hacía un calor insoportable, aún con el traje de limpieza. L.A.D., de 56 años, dejó aparcado el carrito y se paró a beber agua de una fuente que hay en una plaza. El perro, que estaba tumbado en las escaleras cercanas a la fuente, junto a su dueño y un amigo suyo, se abalanzó sobre él y le mordió «directamente en los testículos». Los servicios asistenciales le evacuaron hasta Mutualia, en la calle Ercilla, donde le limpiaron la herida con agua oxigenada y le dieron seis puntos de sutura.
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