Un recluso en Estados Unidos se ahorcó en su celda menos de una semana después de que su sentencia a muerte fuera conmutada por cadena perpetua. El hecho ocurrió en la cárcel de alta seguridad de San Quintín, en el estado de California. Un portavoz de la institución penitenciaria informó que George Smithey, de 70 años, ató las sábanas de su cama a los barrotes de la celda para colgarse. Smithey fue sentenciado por el asesinato de una mujer durante un robo en 1988. La sentencia le fue conmutada a cadena perpetua sin libertad condicional.
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