La intervención de Cajasur es una noticia muy negativa para la economía española, para la deuda soberana, para el Gobierno y para el sistema financiero. Los agoreros que vaticinaban quiebras de entidades financieras por la burbuja inmobiliaria dirán que tenían razón, que el sistema financiero español tiene más problemas de los que admite. Es previsible que la próxima semana aumenten los problemas para la deuda española. La decisión de los sacerdotes-consejeros de pedir la intervención del Banco de España es de una irresponsabilidad mayúscula.
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