(C&P): La muerte es la única pena legal que puede imponerse por determinados delitos de drogas en varios países, como Irán, Malasia y Singapur. En estos países, esos delitos comportan lo que conoce como pena de muerte obligatoria. Debido a ello, los jueces no pueden tener en cuenta las circunstancias personales del acusado ni ninguna otra cosa al tomar su decisión (véase el caso de Shahrul Izani, en el apartado sobre Malasia, más adelante).
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