José María García Márquez y Miguel Guardado pidieron en 2009 un expediente de un cabo, de 1937, al Ministerio del Interior y lo que les mandaron a casa fue a una pareja de la Guardia Civil. “¿Y esto para qué? ¿Para qué quieren ahora unos papeles del 37?”, cuenta Guardado que preguntaron los agentes, uniformados de los pies a la cabeza. Ambos historiadores investigaban la represión del franquismo en Morón de la Frontera (Sevilla), un estudio culminado ahora en el libro Morón: Consumatum est (Planta Baja).
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