Te rodea un cielo azul púrpura similar al que puedes ver en la Tierra desde la ventanilla de cualquier avión. Bajo tus pies puedes contemplar varias capas de nubes de distintos colores: azules, blancas, rojas, marrones,…; sientes curiosidad y decides descender un poco. Atraviesas una fina capa de nubes de cristales de amoniaco y ahora puedes ver más claramente gigantescos cúmulos de nubes blancas y ocres mezclándose entre sí. Una fina nieve de amoniaco cae sobre ti desde la capa nubosa superior, así que buscas una zona más despejada.
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