Tener el coche parado, incluso en el garaje, puede causar importantes daños a las ruedas, el motor o los distintos elementos mecánicos de la carrocería. Si el vehículo va a estar mucho tiempo parado conviene ponerlo suspendido en unos tacos para que no se deformen los neumáticos o, en su caso, aumentarles la presión en 1,5 kilos más de lo recomendado.
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