Cuando una obra se queda huérfana, se tiñe de luto hasta que no pasan 70 años y se liberan los derechos de autor. Si hay alguien para gestionarlos mientras tanto, pues los gestiona, pero si nadie se hace cargo de la gestión de los derechos se tenía que elegir entre la explotación pirata de la obra o la hibernación de la obra. Pues bien durante la votación para acabar con este absurdo el resultado fue 14 a 12 a favor de industria del copyright, en una comisión con 25 miembros de los cuales uno de ellos se encontraba ausente.
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